Nuestro médico nos recomienda una infiltración articular, es decir una inyección directa de un medicamento u otro producto en la región que nos duele.
Algunos pacientes visualizan una aguja gigante apuntándolos, sudor frío en las manos y rubor en las mejillas. Tras una inspiración profunda hacemos las preguntas de rigor al especialista.
Si no has podido resolver tus dudas, como es una indicación habitual en el mundo de la traumatología o traumatología deportiva, intentaremos aclararlas y desmontar los mitos populares que hay alrededor de este útil procedimiento.
- ¿Qué son las infiltraciones articulares?
- ¿Cuándo es necesaria una infiltración articular?
- ¿Son peligrosas las infiltraciones?
- ¿Qué medicamento lleva una infiltración?
- ¿Cómo se realiza una infiltración?
- ¿Qué recomendamos tras una infiltración?
- Contraindicaciones
- ¿Cuántas infiltraciones se pueden realizar durante un año?
¿Qué son las infiltraciones articulares?
Una infiltración articular es la inyección de un producto sanitario en una región lesionada con el objetivo de producir un efecto directo y localizado que condicione un beneficio para el paciente.
La primera pregunta y más habitual es
¿Duelen las infiltraciones?
No, una infiltración no duele. Habitualmente lo único que se nota es el pinchazo inicial a través del que introducimos anestésico local en la región, que suele ser bupivacaína o lidocaína. Al estar la zona dormida podemos introducir a través de la misma aguja el contenido que queremos infiltrar: corticoides, ácido hialurónico o PRP.
Realizado de esta forma, en muchas ocasiones el paciente nos dice extrañado y aliviado: “¿ya está?”.
¿Cuándo es necesaria una infiltración?
Cuando el profesional lo indica como apoyo a un tratamiento, para provocar un cambio en un proceso clínico o empíricamente como diagnóstico ya que aísla la patología a tratar. Es decir si mejora lo que hemos infiltrado y no otro tejido, podemos aislar la causa del problema.
Es una apoyo al profesional.
¿Son peligrosas las infiltraciones?
Con una buena indicación y técnica podemos decir que NO son peligrosas las infiltraciones articulares, y en buena medida constituyen la solución a muchos problemas musculoesqueléticos.
Hay la creencia que infiltrar una articulación es adormecer temporalmente la articulación y a la larga puede ser peor porque puede empeorar la patología. Esto puede ser verdad en casos concretos de deportistas que buscan competir sin dolor, si tras la articulación no se hace un tratamiento personalizado y adaptado a cada situación clínica.
En muchas ocasiones, su efecto puede ser curativo y definitivo de forma directa.
Otra de las funciones de la infiltración, es la de facilitar el tratamiento complementario, ya que cuando no se tiene dolor es más fácil y menos costoso realizar la fisioterapia. Es una forma de hacer un punto de inflexión en el proceso que permita al paciente salir de la zona del confort en la que está instalado.
¿Qué medicamento lleva una infiltración articular?
Fundamentalmente existen tres tipos de medicamentos que se inyectan mediante una infiltración articular: corticoides, ácido hialurónico, PRP.
Veámoslos.
Infiltración de Corticoides
La infiltración de corticoides es de uso frecuente por su gran poder antiinflamatorio. Los corticoides son medicamentos que pueden tener efectos secundarios si no son inyectados correctamente, por ello, ell uso de la ecografía minimiza los riesgos que pueden surgir como la necrosis grasa o la tinción cutánea, siendo lógicamente más efectivas si se inyectan íntegramente a la zona a tratar.
Este tipo de infiltraciones son de gran utilidad en procesos inflamatorios agudos, en los que no hay mejoría con medidas locales iniciales de reposo, hielo y antiinflamatorios orales. También son útiles para permitir al paciente salir del círculo vicioso que implica el dolor. Cuando nos duele una articulación, dejamos de utilizar la musculatura que la rodea, esto comporta un aumento de la atrofia por desuso, y al tener un menor soporte muscular el dolor se mantiene o aumenta. Si eliminamos el dolor, aunque sea temporalmente, seremos capaces de trabajar con ejercicios específicos de fisioterapia la musculatura complementaria para ayudarnos a superar el proceso.
Hay que ser muy cuidadoso con las dosis y evitar infiltrar los tejidos tendinosos, ya que los corticoides tienen la capacidad de alterar la vascularización y estructura, siendo ampliamente reportados casos de roturas tendinosas, especialmente en tendones de carga como el tendón rotuliano y el tendón de aquiles. Incluso hay que evitar realizarlas en zonas vecinas al tendón o hacerlo con gran precisión ya que el corticoide puede transfundir (llegar) al tendón por contigüidad.
Infiltración de ácido Hialurónico
La infiltración de ácido hialurónico en una articulación busca hidratar, suplementar y estimular la producción de líquido sinovial, disminuir la inflamación y generar analgesia. Una de las articulaciones donde más se utiliza es en la rodilla, aunque también es útil para cadera, hombro, muñeca y manos. También existe la fórmula para inyección en tejidos blandos , es decir extraarticular. Muy útil en epicondilitis y tendinopatías. La guía ecográfica nos permite ser precisos y minimizar riesgos durante su introducción.
Infiltración de plasma rico en factores de crecimiento derivados de las Plaquetas (PRP)
Como el ácido hialurónico, la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento se puede realizar intraarticularmente o en tejidos blandos, buscando fundamentalmente aprovechar su potente efecto antiinflamatorio y analgésico y en determinados casos favorecer la reparación del tejido dañado.
¿Cómo se realiza una infiltración?
La ecografía para guiar la infiltración articular (infiltración ecoguiada) resulta de una ayuda fundamental ya que localiza, minimiza riesgos y asegura que el contenido que queremos inyectar llega al lugar exacto. Además nos sirve para realizar el seguimiento evolutivo de la región infiltrada.
Antiguamente se realizaban sin control ecográfico es decir ¨a ciegas¨ , hacerlo así, como han demostrado estudios recientes, incluso en manos experimentadas pueden hacer que un alto porcentaje de las infiltraciones no lleguen exactamente a las regiones que queremos, perdiendo efectividad y aumentado los efectos indeseados.
Disponer de un control ecográfico nos permite diferenciar las diferentes estructuras del aparato locomotor (músculos, tendones, ligamentos, corticales óseas).
Además, hemos ido aumentando las indicaciones gracias a la precisión y calidad de los aparatos de ecografía existentes en el momento actual.
Sin embargo, son técnicas que requieren una formación específica y una cierta curva de aprendizaje para el profesional que las realiza.
¿Qué recomendamos tras una infiltración?
Aunque depende del medicamento, la indicación y la zona, en general recomendamos unas 24 horas de reposo relativo después de una infiltración, que incluyen vida normal sin sobrecargas mecánicas y posteriormente reintroducción de la actividad normal y deportiva de forma progresiva y observando las sensaciones que transmite nuestro cuerpo.
Aunque no es lo habitual, a veces la zona puede estar dolorida durante 48-72 horas.
Contraindicaciones y efectos secundarios de una infiltración
Como contraindicaciones destacaríamos cuatro:
- Alergia al producto a inyectar.
- Pacientes anticoagulados, es decir que tomen una medicación como el sintrom® o una condición que produzca una mayor tendencia al sangrado
- Patología cutánea activa en el lugar de la infiltración.
- Infección activa o inmunodepresión
¿Pueden existir complicaciones?
Las complicaciones en infiltraciones articulares suelen ser muy poco frecuentes.
Puede producirse un morado o hematoma localizado en el lugar de la inyección.
Mucho menos frecuente es la infección local, casi inexistente si se toman las medidas oportunas de antisepsia.
En algunas ocasiones la piel se vuelve fina y de color blanco en el lugar donde se pone la inyección, algo que suele ser temporal y reversible.
¿Cuántas infiltraciones se pueden hacer al año?
No existe un número máximo de infiltraciones articulares al año, pero no se recomiendan más de 3 o 4.
Si la respuesta a la intervención no es satisfactoria, no conviene insistir ya que los tejidos podrían debilitarse y aumentar las posibilidades de efectos indeseados.
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El Dr. Vicente López es médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, con dedicación especial a la traumatología deportiva y al tratamiento de patologías músculo esqueléticas de la extremidad inferior mediante artroscopia.